El genoma es el conjunto de genes en el que está contenida toda la información necesaria para desarrollar los caracteres del ser humano. El estudio de los genes explica, aproximadamente el 25% de las enfermedades crónicas, pero ¿cómo se explica el otro 75%? ¿Qué otros factores intervienen en la salud y en el aspecto y funcionalidad de nuestra piel? Parece que la clave está en el exposoma.
Este concepto, es un término acuñado en 2005 por el científico Christopher P. Wild, director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, como el conjunto de factores de exposición a los que está sometida una persona desde el momento de su concepción hasta que muere y entre ellos se pueden nombrar las sustancias químicas, radiación solar, calor/frío, estrés, alimentación, contaminación, comportamientos, alérgenos, tóxicos, entre otros.
La importancia de el concepto de exposoma radica en que puede ser el responsable de múltiples enfermedades crónicas. Recientemente, se ha identificado y se está estudiando el exposoma de la piel en lo que se refiere al envejecimiento de ésta, y se han definido siete factores de exposoma externos y modificables que afectan al envejecimiento de la piel:
1. Radiación solar
Diferentes estudios han demostrado que tanto la luz visible como la radiación ultravioleta impactan sobre la piel. Ambas inducen la degradación de la matriz dérmica, modifican la composición lipídica de la capa más externa de la epidermis y modulan la pigmentación de la piel. Algunas investigaciones evidencian que las personas que no utilizan fotoprotección solar diaria envejecen un 24 % más que aquellas que sí lo utilizan.
2. Contaminación ambiental
También existe una relación demostrada entre la contaminación ambiental y el envejecimiento de la piel. A más exposición a partículas pequeñas, niveles de dióxido de nitrógeno y niveles altos de ozono, mayor número de manchas en la piel y formación de arrugas.
3. Tabaquismo
En el desarrollo de arrugas, también impacta el tabaquismo, al igual que en el brillo de la piel y su tonalidad. El tabaco deteriora la formación de fibroblastos y da lugar a su senescencia. Algunos estudios señalan que el tabaco induce el daño por estrés oxidativo e inhibe la defensa antioxidante del cuerpo, lo que puede estar involucrado en el proceso de envejecimiento. No obstante, no se sabe qué dosis inducen esos cambios y cuánto se debe a una exposición directa de la piel o a una exposición sistémica tras la inhalación.
4. Alimentación
Parece que la mayor evidencia científica se encuentra en cómo la alimentación afecta a la piel. Una dieta rica en antioxidantes puede retrasar los efectos de la vejez, al igual que evitar una ingesta excesiva de alcohol. Se ha comprobado que una ingesta rica de verduras, aceite de oliva y legumbres parece proteger contra el daño actínico cutáneo. En cambio, una dieta rica en carne, productos lácteos y mantequilla parece ser perjudicial. También se ha visto que consumir mucho azúcar está asociado con presentar más arrugas. Un estudio realizado en mujeres japonesas comprobó que la nutrición, en general, puede ser responsable de hasta el 30% de las arrugas.
5. Estrés
Afecta a la integridad de la piel, pero no hay evidencia directa que muestre que exacerba el envejecimiento. Sí se sabe que el estrés crónico puede dar lugar a una disfunción del sistema inmune, estrés oxidativo y daño del ADN, factores vinculados con el envejecimiento de la piel, aunque todavía no se ha definido el mecanismo que subyace a ese vínculo.
6. Falta de sueño
Algunos estudios muestran que dormir menos de cinco horas se vincula con más signos de envejecimiento y una reducción de la función barrera de la epidermis.
7. Cambios de temperatura
Los cambios bruscos de temperatura son comunes, en cualquier estación del año. La más afectada con estos cambios es nuestra piel, el órgano más grande que tenemos, pues está expuesta a todo y además debe cumplir la función de “termómetro corporal”, ya que tiene que adaptarse rápidamente a las variaciones y actuar como escudo de otros elementos, siendo el rostro el que sufre el principal embate; seguido por las manos porque son zonas que tienen circulación terminal.
En función de esta evidencia, se podría decir que comer frutas y verduras, limitar la ingesta de alcohol, dormir las horas necesarias y ocupar Sombrero y Protectores de Máxima Protección Solar (UPF50+); representan la estrategia más sana y segura para mantener una apariencia joven.
Fuentes:
https://www.sendasenior.com/Los-siete-factores-que-influyen-en-el-envejecimiento-de-la-piel_a5150.html
http://www.abc.com.py/especiales/fin-de-semana/como-afectan-los-cambios-de-temperatura-a-la-piel-1514701.html
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