Al igual que con muchas otras festividades cristianas, el día de los enamorados encuentra vestigios en varias festividades previas al cristianismo. En la antigua Grecia, por ejemplo, se veneraba a Eros, dios del amor y la atracción sexual, que a la llegada de los romanos fue asimilado como el dios Cupido, cuya imagen simboliza en nuestros días al amor, y en cuyas fiestas los romanos acostumbraban a ofrendar diversos regalos para pedirle como favor encontrar al ser amado.
Pero, ¿quién fue San Valentín y por qué actualmente celebramos a los enamorados en su día (14 de febrero)?
San Valentín fue obispo que vivió en Interamna, una antigua ciudad donde actualmente se encuentra Terni, en Italia. Se dice que Valentin fue uno de los tres mártires que murieron ejecutados en el 270 de nuestra era, durante el reinado del Emperador Claudio II, conocido como Claudio Gótico, que vivió entre el 213 -270 de nuestra era.
En realidad poco se sabe en concreto sobre este santo, pero no son pocas las leyendas que rodean su vida. La mayoría concuerda en que al inicio del cristianismo, cuando era duramente prohibido por las autoridades romanas, este obispo se encargaba de unir en matrimonio a las parejas, las ceremonias eran organizadas en secreto ya que precisamente el Emperador Claudio II las había prohibido por considerar que los jóvenes serían mejores soldados si no tenían relaciones que los ataran y los distrajeran del campo de batalla.
Como parte de esta leyenda, se dice que el Emperador se enteró de la existencia de estos matrimonios y mandó traer a Valentin, quien no quiso desaprovechar la oportunidad de intentar convertir a Claudio II a la naciente religión cristiana. Aunque el emperador no fue ajeno a la influencia de esta religión, terminó por escuchar a sus consejeros y mandó que se procesara a Valentín.
Algunos dicen que fue decapitado inmediatamente; sin embargo, otra leyenda asegura que fue sobrevivió convirtiendo al cristianismo al Senador Romano Asterius quien se encargó de procesarlo.
Una tercera leyenda afirma que mientras Valentin permanecía encerrado, uno de los celadores llevó a su hija para escuchar la palabra de Dios y que ambos se enamoraron, y finalmente el día de la ejecución éste dejó escrita una carta a su enamorada.
Sea cual sea la verdadera historia de este personaje legendario, en el año 498 el Papa Gelasio I (el Papa 49 de la iglesia católica) instituye el Día de San Valentín el 14 de febrero como un intento de eliminar las Lupercalias o Lupercales antigua festividad romana en honor a la purificación y la fertilidad y que se celebraba alrededor del día 16 de febrero.
Durante el siglo III de nuestra era, en Inglaterra organizaba una fiesta llamada el “Dia de los Valentinus” donde los hombres escogían a una mujer que sería su pareja durante el resto del año. Probablemente esta escandalosa tradición a los ojos de la iglesia, también intentó suprimirse o modificarse y adaptarse a la celebración del Día de San Valentín.
Aunque esta celebración gozó de gran auge, el Día de San Valentin fue eliminado del calendario postconciliar en 1969. Sin embargo, tras más de XV siglos de celebración, resulta imposible eliminar una fecha llena de simbolismo para todos los enamorados:
En Estados Unidos. Siete parejas son elegidas para contraer matrimonio ese día, en el mirador del piso 80 del Empire State de Nueva York. Los niños intercambian tarjetas de felicitación, conocidas como valentines.
En Dinamarca. Se envían flores de gotas de nieve flores de a las personas más queridas, ya sean pareja o amigos. Los hombres envían cartas llamadas gaekkebrev (carta graciosa), y no firman. La mujer que la recibe adivina quien la envió, él la recompensa con un huevo de pascua en esa fiesta.
En Japón. Miles de enamorados se acercan al monte Fuji, para tocar la Campana del amor tres veces mientras pronuncian el nombre de su amado para convertir su affaire en amor verdadero.
En Gran Bretaña. Las mujeres solteras se paran frente a la ventana y según la leyenda, el primer hombre que se les aparezca o que vean, se casará con ellas durante ese año.
En Italia. Diferentes parejas acuden al Templo de San Valentín como un acto de compromiso para unirse en matrimonio al año siguiente.
En Corea del Sur las mujeres ofrecen chocolates a los hombres.
El simbolismo es propio de cada persona y cultura, así que:
No me digas que me quieres. Demuéstramelo. Omage Jossy